El 11 de diciembre de 2018, en la Conferencia intergubernamental de Marrakech, 152 Estados adoptaron el Pacto para la migración segura, ordenada y regular. Este Pacto supuso un hito sin precedentes para Naciones Unidas, pues por primera vez se incorporaba la migración desde una perspectiva integral en el sistema de NNUU. Este Pacto, también conocido como Pacto Mundial para la Migración (PMM) se articula en torno a 23 objetivos – desglosados a su vez en una serie de acciones – que incorporen las medidas que desde el ámbito internacional, regional, estatal y local deben abordar los Estados para dar respuesta a las distintas dimensiones de la migración. A pesar de que el PMM carece de carácter vinculante, los Estados parte se comprometen a realizar una revisión cada cuatro años de los avances en su implementación durante el Foro Global de Examen de la Migración Internacional en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York. Sin embargo, la ausencia de indicadores específicos para cada uno de los objetivos constituye un importante obstáculo para que esta revisión sea efectiva, como quedó patente durante el primer Foro que tuvo lugar en mayo de 2022. No contar con criterios definidos y medibles que permitan graduar el nivel de cumplimiento de cada objetivo impiden un análisis comparativo entre los distintos Estados bajo unos mínimos criterios de objetividad y dificultan una correcta evaluación de las medidas adoptadas y su impacto. Asimismo, esta ausencia de indicadores provoca que las evaluaciones que los propios Estados remiten a Naciones Unidas pequen de autocomplacencia, como hemos podido comprobar en el caso del Estado español. Contrarrestar las evaluaciones sesgadas que los Estados puedan hacer del cumplimiento de los compromisos del Pacto exige de una labor activa de seguimiento por parte de las organizaciones de la sociedad civil. Contar con un marco común de indicadores facilitaría esta labor por parte de la sociedad civil, tanto en el nivel internacional, contribuyendo mediante informes sombra a las revisiones globales y regionales, como a la incidencia política en el plano nacional y local exigiendo avances concretos que cumplan con las metas marcadas. Todo apunta a que 2024 será un año crucial a este respecto, pues desde Naciones Unidas se prevén diversos encuentros a nivel regional que culminarán en Ginebra para debatir sobre el marco de indicadores que debe acompañar al PMM. El presente informe persigue contribuir a dicho debate aportando una propuesta de metodología para la elaboración de estos indicadores. Además, poniendo esta metodología en práctica proponemos una batería concreta de indicadores – definidos y validados con organizaciones de personas migrantes – para aquellos objetivos sobre los que las organizaciones parte de esta alianza trabajamos más directamente.