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Hacia sistemas alimentarios sostenibles: el papel fundamental de los migrantes

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Hacia sistemas alimentarios sostenibles: el papel fundamental de los migrantes

Con motivo de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, la Red de las Naciones Unidas sobre la Migración (en lo sucesivo, “la Red”) formula un llamamiento para que los Estados reconozcan la migración segura, ordenada y regular y el empoderamiento de los migrantes como catalizadores de un cambio positivo para instaurar sistemas alimentarios sostenibles. La Red también insta a los gobiernos a proteger el derecho a una alimentación adecuada y a salvaguardar la seguridad alimentaria y la nutrición para todos, con inclusión de los migrantes y sus familias.

Todas las personas, incluidos los migrantes, deben poder gozar de derechos tales como el derecho a la salud, el derecho al agua potable y al saneamiento y el derecho a una alimentación sana, nutritiva y suficiente, y llevar así un estilo de vida activo y saludable en todas las edades.

Actualmente, hay 281 millones de migrantes internacionales en todo el mundo, de los cuales 169 millones son trabajadores migrantes. Estos trabajan en cada eslabón de los sistemas alimentarios, desde la granja hasta el hogar, en medios marítimos y terrestres, y en todas las cadenas de valor alimentarias y agrícolas. En muchos países, los trabajadores migrantes realizan más de una cuarta parte de la labor agrícola. A través de las remesas, los ahorros y las inversiones, también contribuyen directamente a reforzar la seguridad alimentaria y el desarrollo rural en sus países de origen.

A pesar de desempeñar un papel vital en la alimentación del planeta, los trabajadores migrantes se enfrentan a un déficit generalizado de trabajo decente, caracterizado por un elevado índice de pobreza laboral y desnutrición, así como niveles deficientes en materia de salud y seguridad y protección laboral. Estos migrantes son especialmente vulnerables a la explotación y a los abusos, en particular la trata de personas. La pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la fragilidad de nuestros sistemas alimentarios. También ha puesto en evidencia el carácter central de los trabajadores migrantes y la importancia de abordar los déficits de trabajo decente en los sistemas alimentarios a fin de garantizar su transformación sostenible.

Las mujeres, los jóvenes y los niños migrantes padecen condiciones de trabajo injustas e inseguras que alcanzan dimensiones desproporcionadas. Las trabajadoras migrantes son objeto de discriminación de género y carecen de acceso a la propiedad, la atención de la salud, la educación y el crédito. Deben soportar una carga de trabajo pesada y desigual, dispensando cuidados no remunerados, y suelen estar sobrerrepresentadas en el sector del trabajo de temporada, por un salario frecuentemente más bajo que el salario percibido por los hombres. Los menores migrantes o los niños de familias migrantes suelen estar desnutridos y son vulnerables al trabajo infantil y a la trata de personas.

Aun así, los migrantes internacionales no solo contribuyen a los sistemas alimentarios con su trabajo.

La movilidad humana está firmemente arraigada en la transformación estructural de las zonas rurales. A menudo, la personas abandonan las zonas rurales para huir de la pobreza, la inseguridad alimentaria, la ausencia de servicios básicos, los efectos del cambio climático y la degradación ambiental, o bien para buscar mejores oportunidades de trabajo.

Las contribuciones financieras de los migrantes tienen repercusiones directas en los sistemas alimentarios locales. En efecto, casi la mitad de los 500.000 millones de dólares EE.UU. enviados en forma de remesas a los países en desarrollo están destinados a las zonas rurales, donde se concentra el 75% de la población en situación de pobreza e inseguridad alimentaria. Según estimaciones, el 25% de las remesas se ahorra y se invierte en activos y actividades generadoras de ingresos, y gran parte de este porcentaje se utiliza para fines agrícolas. Los migrantes también invierten en el cultivo, la cosecha, la transformación, el transporte o el consumo de alimentos. Incentivan el espíritu empresarial, financian agroindustrias y establecen empresas transnacionales para la importación y exportación de alimentos locales.

Los migrantes, en particular los jóvenes, suelen adquirir nuevas competencias y aportar ideas innovadoras para posibles inversiones o nuevos negocios en su país, especialmente en el sector alimentario. Esta tendencia se ha hecho patente gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación que han permitido un acercamiento entre los migrantes y sus familias y comunidades en el país de origen, permitiéndoles unir fuerzas en torno a nuevas oportunidades de inversión, ya sea dentro del país o a través del comercio transnacional.

De conformidad con los compromisos enunciados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y en el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, la Red exhorta a los Estados a colaborar con todos los agentes que participan en los sistemas alimentarios, incluidos los migrantes, con miras a:

  • Respetar, proteger y hacer efectivos los derechos humanos y laborales de todos los migrantes que trabajan en los sistemas alimentarios, independientemente de su situación migratoria y sin discriminación;
  • Abordar los factores adversos y estructurales que propician la migración, como la pobreza, la inseguridad alimentaria, la malnutrición, el cambio climático y la degradación ambiental, y la desigualdad de género, permitiendo que la migración desde zonas rurales, hacia ellas o entre ellas sea una opción y no así una obligación;
  • Promover el diálogo entre todos los agentes que participan en los sistemas alimentarios para reforzar la coherencia normativa y garantizar que en las políticas y los programas agrícolas se reconozca el papel y el poder de acción de los migrantes, y que en las políticas migratorias se integren las necesidades de los sistemas alimentarios;
  • Facilitar la movilidad laboral regional e interregional de los migrantes en los sistemas alimentarios, a través de acuerdos de cooperación internacionales o bilaterales que se ajusten a los principios de trabajo decente, las prioridades nacionales y las necesidades del mercado local;
  • Ampliar el acceso a dietas saludables, entre otros medios promoviendo campañas educativas e informativas sobre nutrición, accesibles a todas las personas, incluidos los migrantes y sus familias;
  • Facilitar el acceso y el recurso a las remesas, en particular en las zonas rurales; reducir los costos de transacción de las remesas, de conformidad con la meta 10.c de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y fomentar la digitalización, la inclusión financiera y los productos financieros relacionados con las remesas;
  • Promover medidas e instrumentos que alienten a los migrantes y a las diásporas a invertir en la transformación de los sistemas alimentarios.

Al reconocer el papel de los migrantes en la promoción de sistemas alimentarios sostenibles y empoderarlos para que se conviertan en agentes de desarrollo en sus países de origen y destino, la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios brinda una oportunidad única para que los Estados consoliden sus sistemas alimentarios y ayuden a las sociedades a cosechar los beneficios de la migración.


La Red de las Naciones Unidas sobre la Migración se estableció con el propósito de asegurar un apoyo eficaz, oportuno y coordinado de todo el sistema a los Estados Miembros en la aplicación, el seguimiento y el examen del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular. Si bien el mandato de la Red se centra en la migración, se pide a los Estados que también apliquen estas recomendaciones a los refugiados y los solicitantes de asilo y que protejan los derechos humanos de todos por igual, independientemente de su situación migratoria.



Para más información, sírvase ponerse en contacto con:

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
Cristina Rapone
cristina.rapone@fao.org +39 06570 54943

Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA)
Mauro Martini  
m.martini@ifad.org +39 06 5459 2813

Programa Mundial de Alimentos (PMA)
Sara Moussavi
sara.moussavi@wfp.org  +39 06 6513-2677

Red de las Naciones Unidas sobre la Migración (secretaría)         
Florence Kim     
fkim@iom.int +41797480395

*Todas las referencias a Kosovo deben entenderse en el contexto de la Resolución 1244 [1999] del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.